julio 11, 2010

La Final del Mundial 2010

Aqui en mi país estamos muy emocionados por la final España-Holanda. Vemos como venden banderitas de España y camisetas rojas (sin aluciones políticas) por todos lados, una celebración que nos acerca a todos.

Tradicionalmente el beisbol es el deporte nacional que mueve las pasiones, seguido por el fútbol y luego el basquetbol. La selección venezolana se llama la vinotinto y desde hace un tiempito atrás hemos tomado un poco de conciencia futbolera y nos hemos dedicado,  a darle apoyo a éste incipiente equipo que de algunas maneras, aun cuando no levantamos cabeza, cosecha pequeños triunfos a nivel latinoamericano. Sin embargo dentro de nuestro corazoncito albergamos la fraguada esperanza de llegar a planos un poco más ambiciosos.
  
Obviamente hay grandes diferencias en otras culturas, yo veo por ejemplo en Argentina, cuando leo el Clarín virtual, las noticias futbolísticas se disputan las primeras planas noticieras, los programas deportivos tienen alta sintonía, donde un partido River´- Boca paraliza a todo el país y ver los movimientos de la Barra Brava que son hinchas que se las traen. Del otro lado del charco, está la liga europea, que dedicamos atención, por la gran influencia que tenemos de la masa de inmigrantes que vive en nuestro país, españoles, italianos, portugueses, que nos contagian con su emoción, así que no es raro, seguir la Copa del Rey, la Champion entre otros torneos. Yo, sin querer he estado en partidos, uno en el estadio  Monumental en Buenos Aires y otro en el Camp Nou en Barcelona, y la emoción es indescriptible a pesar de toda mi ignorancia en estas lides.

Cuando empieza el mundial al no tener equipo patrio,  nuestro corazón se vuelca hacia el sentir latinoamericano, siendo el destinatario de muchos el equipo de Brasil, y luego dependiendo de quienes vayan clasificando, nos orientamos hacia Francia, Alemania, Italia, España, este año le tocó a Uruguay por razones obvias, y no sé por qué razón Mexico, no compite en nuestro sentir.

En todo caso, el Mundial de Fútbol, es una razón que nos hermana a muchos a pesar de las distancias, nos vestimos de fiesta para celebrar, por unas semanas dejamos atras las diferencias, para ponernos en la defensa y aupar las simpatías por equipos que hacemos nuestros, llenamos albumes de barajitas, nos pintamos banderas en los rostros, maldecimos a los árbitros, hacemos reuniones temáticas, ya sean italianas, españolas, argentinas, con con comidas y vestimentas que dicen por sí solas a quienes vamos apoyando en cada partido y nos entristecemos o nos alegramos según como haya sido el resultado de cada partido.

Hoy mi corazón va apoyando a España, país que adoro y donde se merecen haber llegado a una final que está infartante. Espero que el  famoso molusco de Oberhausen, el Pulpo Paul no se equivoque. A pocas horas del partido, espero que la victoria sea para mi equipo. Y Olé, guapos!!!!!!!!!!!!!!

Volveremos a compartir, en el 2014 en Brasil de esta emocionante y contagiante fiesta deportiva que nos hace vibrar en cualquier parte del mundo.

julio 03, 2010

¿Que es la felicidad?

Esta es la pregunta que nos hacemos muchos, y quizás no sabemos como responderla. Acaso está en el tener todas nuestras necesidades cubiertas? Ycon ello me refiero a cubrir todos los aspectos, materiales, económicos, cognitivos, sentimentales, familiares, espirituales y emocionales. O será que nunca tendremos el balance perfecto, siempre nos sobra o nos falta algo que nos complemente.

Conozco todo tipo de personas, un universo extenso y amplio, cercanos y lejanos y todos absolutamente todos, de alguna manera, se hacen esa pregunta. Serán nuestros propios temores, la falta de comunicación, la pérdida de la ilusión, el no poder tener lo que deseamos, el no aceptarnos,  el no pertenecernos, la falta de cariño, la falta de libertad, lo que nos agobia y no nos permite ver las situaciones y la vida desde otras perspectivas?

A veces cuando alguien se nos acerca con alguna circunstancia que le impide estar bien, siempre tenemos la varita mágica de la palabra para decir, ´'de que te quejas si tienes esto y lo otro,'' somos tan buenos para ver las bondades del otro, desde nuestras propias carencias.  Probablemente nuestros estados emocionales tienen demasiada influencia en ver objetivamente los hechos de la vida, además desde nuestras propias vivencias forjamos actitudes que nos permiten ver las situaciones desde nuestra propia óptica y eso no nos permite ser lo suficientemente amplios.

Muchas veces, desde lo que anhelamos, lo que hacemos, es no sentir, no pensar, sólo avanzar, seguir en la busqueda a pesar de conseguir y cumplir con nuestras metas, siempre existe un más allá que nos impide disfrutar de los logros alcanzados. Vivimos con demasiada prisa, queremos alcanzar demasiadas cosas, complacer a otros, o en su defecto estar a la defensiva para mantenernos en nuestra propia esencia,  nosotros mismos atentamos con nuestros exitos, a vivir en armonía y sobre todo tener esa paz interior que nos lleve a un estado de felicidad plena.

Ahora que la tecnología está al alcance de muchos, porque este beneficio no llega a todos, en vez de capitalizarlo, pareciera que se pone en contra nuestra, por ejemplo, cuando dejo el móvil en mi casa, me siento tranquila, ya que muchas de las llamadas o mensajes que recibo son para recordarme que tengo pendientes, o me interrumpe un buen rato familiar, o una amena conversación con alguna amistad o simplemente un rato de descanso. No quiero satanizarlo, ni decir que estoy en contra de los avances, sólo que los incorporamos en nuestra vida de una manera que parece un tumor que a veces crece sin control.

Tener un sentido propio en la vida, y no lo que nos orientan, o lo que nos sugieren los medios o el deber ser impuesto por las directrices propias de la sociedad,  puede encaminarnos a relacionarnos mejor con nostros mismos. Tomarnos el tiempo necesario para hacer lo que realmente queremos, un sentido de libertad de ser y hacer todo a nuestro ritmo quizás permite sanear un poco nuestros agobios.

No digo que seamos infelices, ni que todos tengamos que ser felices en todo momento a pesar de las circunstancias, es un asunto de tener tranquilidad, el disfrutarnos, ver con complacencia y plenitud lo que tenemos a nuestro alrededor y sentir ese bienestar que nos hace sentir que estamos en este mundo para hacer bien nuestra tarea de vivir.

Tenemos el derecho propio a vivir nuestras tristezas, nuestras nostalgias y también nuestras pérdidas, en el afán de no permitirnos tener nuestros ratos vulnerables tambien conspiran con nuestra armonía. Nuestras propias exigencias a veces nos roban y nos confunden en nuestras prioridades. No es por ponerme metafísica, pero tambien en cultivar nuestra parte espiritual, el tener fé en algo o en alguien, en brindarnos momentos de reflexión y retrospectiva, sin la autocritíca, podríamos obtener buenos beneficios que redundan en estupendo aspectos para nosotros y por ende en el arte de relacionarnos mejor con el mundo que nos rodea. 

Toda esta reflexión tambien me lleva a manifestar que cada uno es un mundo lleno de difrencias, lo que es bueno para mí a lo mejor es malo para otros, pero en el respeto a la vida del otro, a la consideración, también lo será para nosotros. La naturaleza humana, es amplia, dinámica, evolutiva y contradictoria y en ese contexto nos desenvolvemos, muchas veces no podemos protegernos del mundo circundante.

Y dicho esto, dejo estas palabras de mi querido Jorge Luis Borges, un ser que dentro de su brillantez, se caracterizó por ser no precisamente muy feliz: "Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo".