agosto 10, 2010

Mi Buenos Aires querido....


Hace ocho años estuve en Buenos Aires, Argentina, un viaje causado por una profunda tristeza, la muerte de nuestro primer hijo; pensamos, mi marido y yo, que otro destino, no estaría acorde con nuestro ánimo. Elegimos esa ciudad porque nos parecío un bálsamo para nuestra alma, la proyectamos tranquila, nostálgica, de amplias calles para sacar de paseo el dolor y caminar hasta cansarlo. Son ocho horas de vuelo, impresionante ver la selva amazónica con su imponencia y el Rio Amazonas cruzandolo, extraordinario realmente.

Aterrizar en Ezeiza y ver toda esa planicie sin montañas, era novedoso y extraño a la vez. De entrada por la autovía, nos pareció hermosa, tan verde, fresca, pasaba el mes de marzo y el clima era agradable. Imponente y cálida, nos recordaba algunas partes a Francia o a España, muy diferente al resto de latinoámerica. Ahi estábamos, con nuestra tristeza pero resignados y que más nos quedaba si la realidad era tan evidente. Buscar la ilusión sin esperanza es una tarea muy dura. Y allí Buenos Aires, se abrió en un gran abrazo, recordando a Gardel, entre el tango y la milonga y no como la ciudad de la furia que decía Soda Stereo.

 Haciendo memoria, recuerdo que  le comentaba al que era mi esposo entonces, sobre Fito, Charly, Miguel Mateos, Enanitos Verdes luego de Leo Dan, Leonardo Favio, Cacho Castaña, Sandro y Virus,  continuaba con Susana Gimenez, Moria, Porcel y Andrea del Boca, para seguir con  Perón, Videla, Eva e Isabelita,  Alfonzin, Menen, de la Rua, Quino, Borges, Cortazar y Sábato;  él, mi ex,  siempre se divertía mucho con eso, esos tremendos contrastes de temas que yo ponía- y pongo- a la hora de conversar, como si quisiera hermanar a todos en un tema universal.  Caminamos y caminamos, fumábamos y fumábamos, nos parecía fenomenal que la gente empezara a trabajar a las 9 o 10 de la mañana y que fueran tan noctámbulos; recorrer los sitios emblemáticos, la 9 de Julio, Palermo, La calle Suipacha donde estaba la casa donde nació mi suegro cuando su padre fué embajador, Recoleta,Retiro, San Telmo, Congreso, Macrocentro, etc. La librería Ateneo, donde era mi Hollywood intelectual, estaba casi orgásmica en ese sitio. Puerto Madero, precioso y relajante, donde comimos helados y no nos entendían porque decíamos barquillas y allá dicen cucuruchos, o los pochoclos en el cine y aqui le decimos cotufas. El vino y los asados, después que comimos carne argentina, cualquiera nos parece pellejo, que cosa tan divina!!. Las pizzas, los cafés, los dulces, las flores en las avenidas, la desilusión cuando vimos la Plaza de Mayo, que nos pareció tan insignificante a pesar de la relevancia de su simbolismo. Museos y Estancias cada uno con su vida que contar, ir a La Bombonera y Monumental donde vimos un partido amistoso, fenomenal, emoción de la buena. 

Como era verano o final del mismo, nos parecía que la gente andaba muy desaliñada o nosotros muy elaborados y nos causaba gracia ver que sin abrir la boca, todos se daban cuenta que erámos turistas, aún cuando no teníamos nada que nos delatara, y si había algo, que a pesar de nuestra pérdida que nos mataba de tristeza prevalecía la alegría y eso se podía notar, porque sin querer generalizar, el porteño tiene un aire meláncolico, camina con la cabeza gacha, quizás buscando la sonrisa perdida. Son grandes conversadores, interesantes, demasiado profundos o nosotros muy ligeros, ocurrentes, gente encantadora, maravillosa.

Por unos días nos liberamos de los recuerdos, de las ilusiones asesinadas por el destino,  de lo que pudo ser y no fué, de ver la vida negra a cambio de matices grises. Tener que aceptar un hecho que jamás tuvo cabida en mi cabeza o mi corazón. Donde empecé a conocer como se vive con esa ausencia, que es una daga en el alma. Mi gratitud a esa hermosa ciudad que me dió consuelo sin yo pedirlo. A donde quiero volver para disfrutarla como merece. Ahora puedo descubrirla desde otra perspectiva, desde mi  prescencia y con una hermosa nena. No puedo llorar por tí, Argentina. Hoy, te recuerdo mi Buenos Aires querido...