noviembre 18, 2009

Incierto

Aún intento descifrarte
desde tus luces y tus oscuridades
que tratan de despojarme
de mis inútiles disfraces

No quiero revelarme
permanezco entre la penumbra
de tu soledad que perfuma
mi entendimiento cobarde

Y besando tus heridas
se hace más dulce mi amor
ausente, no me miras
en tu primavera de dolor

Es una ceremonia traicionera
de austeros sentimientos
en mi sublime y deliciosa espera
descubrirás que no te miento
(serigrafía Oswaldo Guayasamín/artista ecuatoriano)

noviembre 14, 2009

Bolsa de Valores: La Humildad

"Cuando somos grandes en humildad, estamos más cerca de lo grande". Rabindranath Tagore, poeta bengalí
La humildad, no es esconder los talentos, ni los conocimientos, sino un reconocimiento sincero y sencillo de mis virtudes que pongo al servicio de los demás. El ser humilde, es un acto que tiene mucho que ver con la relación que llevamos con nosotros mismos, es tratar de no imponernos ante los demás, ni tomar actitudes de ventajismos. Es el antónimo de la soberbia.


El ser humildes, también tiene que ver con la seguridad que se tiene a si mismo, es no sentirse ni menos, ni serviles, ni pecar de baja autoestima, es también una actitud, que nace de la conjunción de nuestra razón, el conocimiento y también de nuestro corazón. Es lo que nos hacer ser abiertos y amplios, es saber escuchar y saber aceptar a los demás como son, con sus diferencias y exponer nuestros puntos de vista, sin ofender y sin menospreciar a aquellos que no son iguales a nosotros. Es respeto tambien.


Según la Biblia, las cuatro virtudes cardinales son prudencia, justicia, fortaleza y templanza, y todas las demás virtudes están incluidas en ellas como partes intrínsecas, potenciales o subjetivas. La humildad está incluida en la virtud de la templanza como parte potencial, porque la templanza abarca aquellas virtudes que refrenan los movimientos desordenados de nuestros deseos o apetitos. La humildad es una virtud moderadora que se opone a la soberbia y la vanagloria o a ese impulso que nos lleva a querer cosas que están más allá de nuestras fuerzas o capacidad, y por lo tanto está incluida en la templanza de la misma forma que la mansedumbre, que reprime la ira, es parte de la misma virtud.

La persona humilde no sólo reconoce sus propios errores, sino que busca la mejor manera de cómo subsanarlos; el soberbio no reconoce, tampoco los acepta. El ser humilde, tambien tiene que ver con ser generoso, en hacer las cosas con amor, en no descalificar por el simple hecho de querer justificar una carencia, el reconocimiento vendrá, sin proponérnoslo, de los demás, más que de nosotros mismos, es una consecuencia natural. El tener plena conciencia de nuestro conocimiento nos permite trascender, sin hacer alarde del mismo. Tampoco es ser mediocre, ni conformista, es brillar con luz propia involuntariamente, en un acto casi inconciente, pero de hermosos y útiles resultados. En palabras más o palabras menos, podemos precisar sobre la humildad:
  • La Humildad se basa en el respeto a uno mismo, así conocemos nuestras fuerzas. Gracias al equilibrio entre el respeto a uno mismo y la Humildad, se consigue aceptar y apreciar nuestras cualidades.
  • La Humildad permite que cada uno crezca con dignidad e integridad sin la necesidad de pruebas externas.
  • La Humildad hace desaparecer la arrogancia y la soberbia en grandes dosis.
  • La Humildad da luz a nuestros objetivos.
  • La Humildad como valor permite trabajar con dignidad y sin egoísmo por un mundo mejor.
  • Una persona humilde escucha y acepta a los demás.
  • La Humildad permite estar estable y mantener el poder interior sin necesidad de controlar a otras personas.
  • La Humildad elimina el posesivismo que construye la arrogancia.
  • La Humildad permite que las personas sean buenas y vivan en el corazón de otras.
  • La Humildad crea una mente abierta y el reconocimiento de las fuerzas de uno mismo y de los demás.
  • La arrogancia daña y destruye la esencia de las otras personas, y por lo tanto corresponde a una violación sutil de los derechos fundamentales de las personas.
  • La tendencia a impresionar, dominar y limitar la libertad de otras personas para probar el poder de uno mismo, disminuye la fuerza del valor interior y de la dignidad, la paz y la mente de cada uno.
Veamos a la humildad como una referencia para nuestra vida, para enseñanza de nuestros descendientes, como un valor en alza profundamente cotizable.