agosto 28, 2009

Invocación

Mírame,
con tus ojos brillantes y anhelantes
de imágenes escandalosas,
de los mil rubores,
que existen en tu imaginación

Tócame,
con tu piel excedida,
para ser codiciosos en el delirio
del deseo que provocas,
en tu ambición de poseerme

Bésame,
con tu aliento en mi boca,
perfumando el terreno
para confundir humedades
de delicados sabores

Siénteme,
en la fuerza de la entrega,
en el suspiro sostenido
en la muerte pequeña
de tu cuerpo junto al mío

(serigrafía Oswaldo Guayasamín, artista ecuatoriano)

5 comentarios:

Antonio dijo...

Precioso y sensual.
Un beso

celebrador dijo...

Muy bonito, esa experiencia que describes es una de las bellezas de la vida

Anónimo dijo...

Gracias por visitar mi desván. Espero que encontraras refugio en él y que te gustara lo que viste. A ver si podemos ser amigos. Como aprendiz de poeta que soy, disfruté mucho con tus versos. Un besazo y cuídate.

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola!
Deslisante y sensual, su poema.
Casi, a saborear...

Saludos de J.M. Ojeda.
P.D. Me gustó su blog, seguire pasando.

Angélica Mora dijo...

Unico!