septiembre 02, 2009

Sin brujúla

Fué en año 1998, cuando muchas personas permitieron que otras eligieran nuestro futuro (abstención); fueron otras las que querían un cambio al sistema que los había tratado con desprecio e indiferencia y fueron a las urnas, de votación, no ataúdes, para hacerse sentir; fué un discurso cargado de justicia social, de cambios profundos, de igualdades, de prosperidad el que enamoró a tantos, pero que en el devenir del tiempo se fué distorsionando, marcando dos orillas que ya no se pueden encontrar. Han pasado 15 elecciones en 10 años, que gobierno tiene tanta hambre de legitimarse tanto?. Las tácticas y estrategias de la oposición han sido la sentencia de muerte a un sector de la población civil en ejercicio de su soberanía, que sigue luchando por ideales pero en un marco de la cordura y la igualdad social y próspera para todos. Instituciones, totalmente politizadas, con capacidades disminuídas, donde el color y el calor político es lo que rige las vidas de los ciudadanos. La inseguridad manifestada en todas sus instancias, una criminalidad desatada ante la indiferencia de un aparato estadal, que casi es cómplice. Persecuciones políticas ante quienes si tienen las agallas de exponer y protestar ante tanto atropello. Perversión de la economía, el golpe al bolsillo, donde se fueron creando infraestructuras con artificios apoyados en la supervivencia, han convertido situaciones al margen de la Ley, donde adquirir cosas comunes es casi un privilegio. El nacimiento de una nueva clase social con ideas retrogadas, ausente de valores, aplicadas sólo en el verbo y no en la acción. Imposición de un pensamiento único, donde disentir es una apología al delito, van cercando el pluralismo, la democracia y una justicia que se prostituye según su proxeneta. Mantener la mendicidad y la ignorancia como medio de anular voluntades. Ser antropofágos, se ha convertido en una habilidad y destreza, cualquier paso en falso de la oposición, es digna de cualquier ataque de su mismo equipo. El nacimiento de leyes terroristas, cuyos textos parecen poemas, cuando en realidad son armas que disparan balas en contra de nuestra conciencia. Nos hemos acostumbrados a mal vivir, a adaptarnos a esta realidad mal maquillada. Cuanto nos falta aún por ver, cuanto nos hace falta despojarnos del egoismo, cuanto nos hace falta madurar, cuando perdimos el rumbo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como un país tan hermoso, ha podido transformarse en la babarie que es hoy. Como su presidente, puede aliarse con fundamentalistas, de Siria, Irán y Libia, acaso no ven que eso es terrible?. Están solos y a su suerte. Que lastima.